La privatización de la enseñanza en la Comunidad de Madrid es un hecho consumado que sigue queriendo ampliar sus expectativas. Se usurpa la igualdad de oportunidades por una “libertad de elección” ficticia, que solo beneficia a quienes están por encima del índice de pobreza y vulnerabilidad, dejando a todos los demás sin derechos, ni libertad, ni elección. Una Comunidad en la que sus dirigentes políticos cacarean la palabra libertad desconociendo su verdadero significado.
Miles de estudiantes van quedando desahuciados del sistema educativo en contra de su voluntad. A la administración regional poco le importa este alumnado y el futuro que les depare su vida. Incomprensiblemente las “becas y ayudas”, con las que se está desviando dinero público de todos y todas las madrileñas hacia la privada, se dirigen como perceptoras incluso a familias con rentas superiores a 100.000 €.
A través de las diferentes etapas educativas vamos encontrándonos diferentes modalidades de privatización, todas conducen a lo mismo: restar oportunidades a la población más vulnerable.