La reciente decisión de la Comunidad de Madrid de impartir las asignaturas de Geografía e Historia en español en los colegios bilingües ha generado inquietud dentro de la comunidad educativa. Esta medida, que se ha adoptado de manera precipitada sin una evaluación serie y rigurosa del Proyecto Bilingüe, ha dejado a los docentes y otros miembros del ámbito educativo en una situación de incertidumbre.
La Unión General de Trabajadores (UGT) y la FAPA Giner de los Ríos presentaron una propuesta para llevar a cabo una evaluación rigurosa del Proyecto Bilingüe con la participación de los docentes y las familias en el Pleno del Consejo Escolar de la semana pasada, y ésta fue aprobada. Sin embargo, la decisión de implementar el cambio en la enseñanza de Geografía e Historia no parece haber tenido en cuenta los resultados y las implicaciones que podrían surgir de dicha evaluación.
En un informe de Acción Educativa, un número amplio de docentes afirmaba que el nivel de comprensión de los alumnos es menor, al igual que la profundización en las enseñanzas de las asignaturas impartidas en inglés.
Es esencial destacar la importancia de analizar los resultados del Proyecto Bilingüe, especialmente en lo que respecta a la segregación del alumnado y el desplazamiento de docentes. Estos aspectos, que afectan directamente a la calidad de la educación, deberían haber sido considerados con mayor detenimiento antes de tomar una decisión que influirá en el entorno educativo.
Además, la medida tendrá consecuencias en la configuración de las plantillas de profesores, lo cual es un aspecto crucial que afecta al personal docente. La dimensión laboral de esta decisión implica que debería haber sido tratada en el seno de la Mesa Sectorial, con la participación de los sindicatos mayoritarios que representamos a los docentes madrileños, donde se deberían haber discutido los posibles impactos y se podrían haber propuesto soluciones.
Desde la perspectiva de la UGT y otros actores relevantes en la comunidad educativa, hacemos un llamamiento a la Consejería de Educación para que abran un diálogo significativo con los docentes y demás partes interesadas. La participación activa de todos los implicados en el ámbito educativo es esencial para tomar decisiones acordadas que beneficien a la educación madrileña y a aquellos que la imparten y reciben.