UGT denuncia la desastrosa gestión de inicio curso en Madrid por la negativa del Ejecutivo madrileño en aceptar las consecuencias y la realidad de una pandemia que no tiene control ni vacuna aún.
Desde el final del curso 2019/20, el Gobierno Regional solo ha contemplado y actuado como si el único escenario posible, al inicio del curso 2020/21, fuera el de “extraordinario de higiene”, lo que se denominó como Escenario 1 en las múltiples Resoluciones dictadas por las Viceconsejerías de Política y Organización Educativa, a lo largo del verano.
La realidad se impuso a finales de agosto, cuando ante la presión ejercida por la huelga anunciada por UGT y otros sindicatos, debido al peligro y la inseguridad que para la comunidad educativa y para la sociedad, en general, suponía iniciar el curso en las condiciones establecidas por el gobierno, se anunció el Plan Ayuso de vuelta a las aulas. Todo ello a diez días de inicio de curso en las Escuelas Infantiles.
Dicho Plan establecía la reducción de ratios, la contratación de casi 11.000 docentes, la incorporación progresiva del alumnado, la semipresencialidad a partir de 3º de la ESO, con el desdoble de grupos y la instalación de barracones para ubicar los grupos resultantes, la realización de pruebas serológicas a todos los trabajadores/as de la enseñanza, la adquisición de recursos digitales para centros, profesorado y alumnado, la mejora de las plataformas digitales, conexiones y programas informáticos para la impartición de teledocencia, etc.
La realidad se había impuesto, porque cerrar los ojos a una realidad no evita que ésta exista. Así, a menos de diez días del inicio de curso, la Consejería de Educación y Juventud se vio obligada a aceptar que el escenario en el que iniciábamos el curso era el denominado “Escenario II de presencialidad parcial”. Pero esas medidas llegaban tarde. Se habían perdido dos meses esenciales para poder hacer frente a la situación real. Dos meses que los centros, el profesorado y el alumnado: la comunidad educativa, en fin, llevamos de retraso.
De modo que: los barracones aún no han llegado a los centros, faltan por llegar alrededor de 1.000 docentes del Plan Ayuso, el control Covid de los centros supone “apañárselas como se pueda”, puesto que la coordinación con la Dirección General de Salud Pública es imposible, y las medidas para impartir teledocencia son insuficientes, complejas y, muchas veces, inadecuadas y contradictorias, por poder vulnerar la ley de protección de datos.
En relación con la impartición de docencia, UGT en todo momento ha defendido la presencialidad, pero la contratación de docentes para el presente curso sigue sin haberse completado. Y eso sin tener en cuenta que los confinamientos Covid y las bajas por enfermedad apenas llegan a los centros educativos. Lo que significa que hay alumnos que, a día de hoy, no conocen a una parte de sus profesores y que, algunas direcciones están obligando a cubrir las mismas con el resto del profesorado, convirtiendo las guardias en horas lectivas y vulnerando la normativa.
La falta de profesorado puede afectar a la consecución, ya de por sí difícil, de los objetivos del curso, toda vez que se han perdido un importante número de horas lectivas, lo que sumado a las dificultades generadas el curso anterior crea obstáculos, tal vez insalvables, para conseguir resolver los desfases que se han podido producir, aumentando la desigualdad de oportunidades y provocando una brecha educativa y social grave.
Haber adoptado la posición menos previsora ante el Covid-19 ha sido un error. Una cosa es no crear alarma entre la ciudadanía y otra, que no puede obviar ningún gobierno, es estar preparado para lo peor, y Madrid no estaba preparado para ello.
UGT ha mantenido, desde el principio, una actitud de colaboración con la Consejería de Educación y Juventud en todas aquellas cuestiones que, a nuestro juicio, iban a ser necesarias para el desarrollo de la labor docente durante el presente curso. Han sido constantes los protocolos y aportaciones que hemos realizado y remitido a la administración. Hemos analizado todos los documentos que nos han presentado, hemos hecho propuestas y denuncias públicas, pero las condiciones en que se está impartiendo docencia en este momento no son las adecuadas, no cumplen, a dos meses de su presentación, el ya tardío Plan Ayuso y están dejando al alumnado, al profesorado y a las familias en una situación difícil de resolver.
Madrid es la comunidad autónoma del Estado con mayor PIB y mayor número de centros y alumnado privado, pero con menor inversión en Educación, mayor ratio alumno/profesor y en resultados académicos se encuentra por debajo de la media de España, siendo entre la décima y la decimotercera en promoción y titulación, según la etapa educativa, de entre todas las comunidades autónomas. No es para alegrarse ni ponerse medallas.
UGT, como siempre, estará donde sea preciso en la búsqueda de soluciones, pero las medidas tienen que venir del Gobierno, a quien exigimos la inversión en recursos humanos y materiales necesarios. No se puede delegar en otros, direcciones de centros, profesorado, familias o sindicatos las soluciones que no está en sus manos ofrecer. El gobierno regional debe hacer frente a las necesidades que demandamos desde UGT y desde los centros educativos, que nos permitan prosperar como pueblo y como seres humanos y es en situaciones como ésta cuando se tiene que aplicar un esfuerzo extraordinario para que nadie quede atrás.