Hace unas semanas, el Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid anunció la supresión de los 11 convenios existentes de FP de Grado Superior. Estos conciertos corresponden a los centros educativos que denunciaron la retirada de financiación autonómica en 2013, de los 51 que había entonces, y la sustitución por el “cheque escolar” y las “becas de segunda oportunidad” y fue el origen de una batalla judicial que acabó dando la razón a dichos centros en 2016, tras la sentencia del Tribunal Supremo a favor de reinstaurar estos 11 conciertos.
Recordamos que la privatización de estos Ciclos Formativos supuso que muchos trabajadores y trabajadoras perdieran su puesto de trabajo debido al cierre de más del 25% de aulas, y el empeoramiento de las condiciones laborales y retributivas del resto, por reducción de jornadas en unos casos, aumento en otros y en todos ellos la disminución de sus retribuciones, al pasar del pago delegado y el convenio de concertada, al convenio de privada.
UGT se opuso desde el principio al cambio de modelo que impuso la Consejería, por entender que todo ello iba a provocar una mayor precariedad laboral del profesorado afectado y la desaparición de miles de plazas gratuitas, al estar sostenidas con fondos públicos, en momentos en que la demanda de este tipo de plazas es demoledora, cifrándose en miles de alumnos y alumnas que no la obtienen y perjudicando, como siempre, a los más vulnerables, aquellos que no pueden hacer frente al alto coste de las mismas, ni siquiera con el cheque escolar, ya que tienen que anticipar un dinero del que no disponen, sin la certeza de la concesión de dicha subvención.
La Comunidad de Madrid pretende aumentar el negocio privado a través de lo que denomina “ayudas a las familias para escolarización en centros privados de FP”, los conocidos cheques, eufemística manera de engañar a la ciudadanía sobre su significado oculto: financiar a las empresas privadas de FP a través de las familias. Ello pretende confundir sobre quiénes son los beneficiarios de las mismas. Y, a todo ello, hay que añadir otra obviedad, los beneficios que dichas empresas obtienen precarizando las condiciones laborales y salariales de sus trabajadores y trabajadoras: otro nicho de beneficios, siendo el sector educativo que peores condiciones soportan.
Por todo ello, UGT se opone, de nuevo, a la supresión de los conciertos educativos en Formación Profesional de Grado Superior y su sustitución por los “cheques escolares”.