Juan Manuel Serrano, el presidente “campeón” de la COVID durante la pandemia, con más de 5.000 contagios en la actualidad, el del pucherazo en la Consolidación de Empleo manipulando ilegalmente el órgano de selección, algo por lo que puede acabar imputado en una sala de lo penal (y a no mucho tardar), el que está trasvasando actividad de la matriz Correos hacia la filial Correos Express, el exterminador de decenas de directivos “postalones” para sustituirlos por personal externo cien-mileurista bien pagado que no le lleve la contraria, es el mismo que, mientras mete el miedo en el cuerpo a los trabajadores/as con el supuesto hundimiento de la empresa (¿quién no recuerda el supuesto préstamo que se tuvo que pedir para pagar la nómina para que tragáramos con lo que fuera?), se gasta 300 mil euros en publicidad para cambiar el logo de la matriz quitándole la palabra Correos y millones de euros en marketing y publicidad (600 mil euros para la vuelta ciclista, publicidad para comprar los medios de comunicación, etc…), en un “market place” rimbombante claramente deficitario.
ES EL MISMO PRESIDENTE QUE SIGUE ADELANTE CON SU PLAN OCULTO DE PAULATINO DESMANTELAMIENTO DE CORREOS, QUE INCLUYE DESPRENDERSE DEL PATRIMONIO INMOBILIARIO DE CORREOS DE CASI 5 MIL MILLONES DE EUROS (A PRECIO DE MERCADO) PARA ARREGLAR LA CUENTA DE RESULTADOS QUE EL VA MALGESTIONANDO.
El 7 de octubre, en Barcelona, el Presidente de Correos se hacía su foto política con la Alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, y el Ministro Ábalos, para anunciar que Correos CEDE, A CAMBIO DE NADA, el uso del edificio principal, un valor del patrimonio histórico de nuestra empresa pública. Y ahora nos tenemos que creer eso de que es bueno para Correos y que no es para conseguir el apoyo político a los presupuestos de los “agraciados” con el regalo. Vamos, las prácticas de la derecha de toda la vida, vestidas ahora de progresistas.