Sin entrar a valorar la situación que se ha vivido y se está viviendo en un Instituto madrileño, a raíz de las denuncias de varias familias, relativas a las declaraciones en el aula, durante la impartición de la materia de Valores Éticos, que, de ser ciertas, vulnerarían toda la legislación en materia de igualdad y en la más reprobable actitud machista, xenófoba y racista, UGT lleva tiempo alertando del aumento y el peligro que determinadas afirmaciones y actitudes contrarias a la ley vienen provocando en centros educativos y la amenaza que la incitación al odio puede provocar en el alumnado, sector especialmente vulnerable y permeable a los razonamientos que el profesorado pueda realizar dentro del aula y durante el proceso de enseñanza/aprendizaje.
Hay que tener en cuenta la especial incidencia de los y las docentes en dicho proceso. No podemos esperar que el alumnado vea en el docente un referente y acepte sus razonamientos y explicaciones cuando se dan situaciones como las que, se confirmen o no dichas denuncias, pueden vulnerar la ley y potenciar actitudes de violencia contra diferentes colectivos.
Sin duda estas actitudes deben alejarse del ámbito educativo y de la sociedad. UGT ha detectado un aumento de las mismas con las campañas de “Hazte oír” y “el famoso pin parental” y manifestamos nuestra repulsa ante los intentos de manipulación de cualquier ciudadano, tanto si es alumno o alumna como cualquier otro ciudadano, por parte de políticos, medios de comunicación o docentes.