La presidenta madrileña anunció el pasado sábado en unas jornadas Populares llamadas “Esfuerzo y Meritocracia” un nuevo, ocurrente y electoralista Plan para la Educación Secundaria precisamente para “contrarrestar la politización” de esta etapa educativa.
En UGT nos causa preocupación cómo este anuncio se basa en una serie de creativas píldoras ocurrentes y falsas alejadas de las necesidades reales de la enseñanza secundaria y que son fruto del desconocimiento y de la falta de interés del gobierno de la Comunidad de Madrid por solucionar los verdaderos problemas que la educación tiene en esta Comunidad.
La presidenta manifiesta estar alarmada por la calidad de la enseñanza madrileña y como resultado presenta estas absurdas propuestas. Desde UGT queremos recordarle que la responsabilidad de la educación madrileña ha sido transferida hace veintitrés años. Años en que solo el PP ha tenido dicha responsabilidad; que el 40% del currículo es de su exclusiva gestión y que la financiación y recursos también son de su competencia.
Para UGT es vergonzoso que se cuestione la calidad de la enseñanza que impartimos en nuestras aulas, cuando los resultados han dependido del esfuerzo que familias, alumnado y, sobre todo, el personal docente madrileño han puesto de su parte, habiéndose sentido, muchas veces, abandonados por la Administración educativa. La presidenta debería valorar que en Madrid el gasto público por alumno es el menor del Estado, con 5.148 euros, frente a los 9.868 euros del País Vasco; que el gasto de las familias en educación es el más alto de España y que somos la Comunidad con mayor número de centros y alumnado privado, con o sin concierto. Tal vez tenga que plantearse si estos factores no estarán afectando a la educación madrileña.
Todas las ocurrencias anunciadas por la presidenta, que es evidente que no han sido analizadas y tratadas con los profesionales de la enseñanza, solo podemos calificarlas como una mezcla de barbaridades y desconocimientos tales como que se van a retomar los exámenes orales porque “de este modo, ayudaremos a niños y jóvenes a que no pierdan la capacidad de expresarse con claridad, rigor y sin miedo”. Para empezar, esta práctica siempre se ha llevado a cabo en la medida de las posibilidades que permite el horario, y para continuar ¿cómo se puede evaluar al alumnado oralmente teniendo en cuenta que son 30 alumnos por aula y, pongamos, unos 15 minutos por alumno/a?, ¿hay tiempo material? Debido a las altas ratios de alumnado resulta muy complicado utilizar este método de evaluación con más frecuencia.
Así mismo propone recuperar la clase magistral de hace dos siglos en las que el alumnado era objeto pasivo que escuchaba las explicaciones del profesorado. Eso sí, reforzando los planes de lectura, sobre todo con los clásicos, que ya se leen, nunca ha dejado de hacerse y alejándole del uso de las nuevas tecnologías, la digitalización, la competencia de “aprender a aprender” y el trabajo en equipo, regresando de este modo al siglo XX y sustrayéndoles de las nuevas metodologías que les abrirán puertas al futuro y al empleo, en un país en que la comunicación con la Administración, los bancos, etcétera es cada vez más digital.
Otra medida que dicen que implantarán es reducir la carga burocrática del profesorado, pero no indican qué medidas van a adoptar. En todo caso, celebramos que inviertan la tendencia de los últimos años de incrementar dicha carga permanentemente, dificultando así la utilización del tiempo en la función educativa. Quizás se les ha ocurrido aumentar el cupo de personal administrativo en los centros educativos, demanda histórica del sindicato.
A la Presidenta de la Comunidad de Madrid le encanta hablar del esfuerzo, del mérito, de la libertad…«El esfuerzo y el mérito bien entendidos nos llevan a la búsqueda de la verdad, a la dignidad, a la libertad, y a la alegría de luchar cada uno y juntos por todo aquello en lo que creemos». Se ha adueñado de las palabras. Más bien habría que hablar de la falta de mérito de una clase dirigente que no sabe lo que es tener que esforzarse para seguir estudiando en contextos desfavorecidos en una comunidad autónoma que apuesta por incrementar las desigualdades, por seguir diferenciando clases sociales y utiliza la educación para este fin. Esto sí es politización de la enseñanza. UGT exige del gobierno madrileño que adopte medidas reales que dignifiquen a sus docentes y que repercutan en la mejora de la calidad de la enseñanza, medidas que, necesariamente implican un incremento en la financiación de la educación.