En estas últimas semanas varios medios de comunicación se han hecho eco de la situación de un grupo de menores no acompañados que se concentran habitualmente en un parque del distrito de Hortaleza. Se han vertido acusaciones de desprotección, abandono y malos tratos contra los centros de la Comunidad de Madrid que se encargan de la atención a los MENAS (o MINAS) que llegan a nuestra comunidad.
Resulta fácil apelar a la más íntima sensibilidad colectiva cuando se habla de niños durmiendo entre cartones. Sin embargo, y sin obviar la gravedad de la situación, conviene contrastar las razones por las que se encuentran en tan inaceptables condiciones, más allá de las versiones de los propios chicos.
Desde la Sección Sindical de UGT de la Familia y el Menor queremos defender el trabajo que realizan, día a día, los trabajadores y trabajadoras públicas de los Centros de Primera Acogida Hortaleza e Isabel Clara Eugenia y CACYS Manzanares.
La atención que se dispensa a los Menores Inmigrantes no Acompañados se apoya, tanto en la profesionalidad contrastada de las y los trabajadores como en su dilatada experiencia en la atención a estos perfiles tan concretos de chicos.
El ruido mediático no puede poner en duda la encomiable labor de todas y todos los que mantenemos en pié este sistema de protección.
La buena praxis, la implicación y el esfuerzo personal con el que procuramos superar la escasez de medios y personal, no puede ser puesta en tela de juicio desde el desconocimiento y la parcialidad de quienes buscan notoriedad en unos casos y mayor volumen de lectores u oyentes en otros.
Nuestro trabajo educativo se sustenta en la necesidad de individualizar la atención adecuándose a las características de cada menor. Para ello son necesarios recursos específicos, preferiblemente de titularidad pública, para atender los casos de trastornos de conducta, adicciones, etc. suficientes y de calidad. Lo venimos reclamando de forma constante.
La contratación de “recursos parche”, a precio de todo a cien, lejos de solucionar los problemas, provoca otros, como el que nos ocupa. Las operaciones estéticas orquestadas desde las mas altas instancias de la Consejería de Políticas Sociales sirven solo a la mayor gloria publicitaria de sus responsables. El Consejero trabaja la imagen de su gestión, nosotros y nosotras, a pié de residencia, luchamos por sacar adelante el trabajo con los chicos.
Reclamamos colaboración entre Comunidad de Madrid, Ayuntamiento, fiscalía y Asociaciones para sumar esfuerzos hacia el objetivo común de dar protección y esperanza a estos chavales.
Exigimos respeto, dignidad y relevancia en la toma de decisiones, pues nadie sabe de MENAS como quienes trabajamos con y para ellos. No podemos seguir siendo el disparadero de unos y otros, blanco último de sus acusaciones, directas o veladas. Sin voz, sin defensa, solos y solas.
Por todo ello, UGT ha solicitado una reunión con el Dirección General de Familia y Menor, Secretaria General Técnica y Consejero de Políticas Sociales y Familia.