La Consejería de Educación y Juventud excluye del proyecto de Escuelas Conectadas a los Centros de Adultos y los convierte, una vez más, en centros de segunda categoría.
Durante los últimos años, los CEPA vienen pidiendo inversión por parte de la Comunidad de Madrid en infraestructuras y esta era una nueva oportunidad para que los centros de adultos se adaptaran a las necesidades que está generando el escenario epidemiológico en el que vivimos.
Esencialmente, el Proyecto de Escuelas Conectadas dota a los centros de una nueva línea de comunicaciones de banda ancha ultra rápida y una nueva LAN para conectar la red WiFi y sus dispositivos asociados (antenas, switches, armarios, …), lo que mejora considerablemente la estabilidad de las comunicaciones cada vez que hay que realizar una videoconferencia, por poner un ejemplo, en el que es necesaria una buena conexión a la red.
En estos centros, hace ya dos años, se implantó un sistema semipresencial, que se viene gestionando a través del aula virtual, por lo que los centros de adultos cuentan ya con una excelente experiencia en esta metodología, ya que con ella, se adelantaron a la situación a la que ahora se han tenido que adaptar los centros de secundaria, donde se está aplicando un sistema similar. Esta metodología semipresencial, en la actualidad, necesita retransmitir las clases desde los propios centros, como consecuencia de que el profesorado está presente en ellos y no en su domicilio, como lo habían hecho durante el confinamiento, y, por lo tanto, si la Consejería no tiene prevista ninguna dotación para mejorar la conexión de los centros, los docentes tendrán serias dificultades para mantener las clases con el alumnado en las mejores condiciones posibles.
Una vez más, el plan presentado por la Presidenta el pasado mes de agosto no se cumple. Desde UGT se instaba a eliminar la brecha digital que había salido a la luz, de manera más evidente, cuando se produjo el confinamiento en el mes de marzo, pero está claro que esta Administración no está por la labor, donde lo que hay son muchas promesas, pero pocos hechos.