El jefe de estudios apuñalado por un alumno de un IES de la zona Norte, el viernes pasado, nos ha dado una lección de humanidad, de sensatez y de enseñanza extraordinarias en su carta al centro educativo. Esta ha sido leída por todos los tutores a su alumnado, y en ella agradecía el apoyo del claustro de profesores y del alumnado  y pedía calma y sosiego, amor, unión y perdón, parafraseando a San Francisco de Asís.

UGT Servicios Públicos Madrid cree que además debería haber prevención. Este terrible acto debe tener consecuencias y estas consecuencias deben ir encaminadas a evitar situaciones que, como ésta, demuestran la grave situación en que se encuentra el profesorado de los centros educativos madrileños. Seguro que también los de otras Comunidades Autónomas, pero ello será competencia de cada una de ellas. El sindicato echa de menos que el Gobierno madrileño no haya emitido una nota de prensa de apoyo al centro, al claustro y al profesor agredido, pero es lógico ya que la gestión educativa es de su competencia y la falta de recursos también.

En lo que se refiere a la Comunidad de Madrid, UGT lleva años, decenios ya, solicitando el aumento de recursos para la atención a la diversidad y para una atención personalizada al alumnado. Tan solo hace unos días, el sindicato solicitó al Director General de Secundaria un aumento de orientadores en los Institutos de Secundaria, y solo es un ejemplo de las numerosas peticiones de Profesorado de Servicios a la Comunidad y otros perfiles adecuados para la atención de situaciones que exigen una atención muy especializada. También hemos incidido en la reducción de horario lectivo y de ratios que permitan atender más adecuadamente a todos y cada uno de los alumnos y alumnas. Más formación, más tiempo y más apoyo son esenciales para detectar, diagnosticar y atender al alumnado y proteger al profesorado de situaciones como esta.

Para UGT, más allá del fracaso social que significa este hecho, el profesorado se convierte en un sector vulnerable, idóneo para estas y otras agresiones, solo hay que ver el elevado índice de bajas por incapacidad laboral ligadas a depresiones que sufre el personal docente madrileño.

En los últimos años, especialmente desde la Covid-19, se han detectado, y así lo ha denunciado UGT, un aumento de problemas de salud mental en los centros educativos. También, se ha detectado un aumento en diferenciación social y en segregación, en la que nuestra Comunidad es líder en España y casi en Europa. La segregación, la pobreza (que para algunos, como el Viceconsejero y Consejero de Educación, no existe en Madrid) es un caldo de cultivo de enfermedades mentales, violencia y agresiones. Es un fracaso social.

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