UGT exige que la dirección del centro, más allá de los errores cometidos, asuma la responsabilidad de los contagios,  los esfuerzos y el daño moral ocasionado a quienes lo han dado todo por los usuarios del centro, lo que ha permitido, en parte, suplir las carencias y las obligaciones achacables a la propia empresa, y a quienes se debe el reconocimiento de la magnífica labor realizada hasta la fecha.

La crisis por el COVID-19 se ha dejado notar en todos los ámbitos de nuestra sociedad con un efecto devastador, y la Residencia de Discapacidad Intelectual de Arroyomolinos, no ha sido una excepción, a pesar de lo que pudiera creer la dirección del centro en un principio. En todo momento, dicha dirección se ha encontrado con un grupo de trabajadoras y trabajadores dispuestos a trabajar hasta la extenuación, a darlo todo por prestar la mejor atención asistencial a los usuarios del centro, y con un Comité de Empresa que mostró desde el primer día su colaboración.

Desde un principio, la posición ha sido de total colaboración. Sin embargo, la respuesta de la dirección empezó con llamadas al orden a quienes quisieron protegerse y proteger al resto de compañeras/os con el uso de mascarillas costeadas por ellos mismos, reprendiéndoles por la posibilidad de generar alarma social y encontrándose con que el contagio se extendía entre el personal sin poder detenerlo. A partir de ahí todo fue una sucesión de despropósitos, desoyendo los consejos de los delegados de Prevención, o pretendiendo aplicar las medidas preventivas cuando ya era demasiado tarde. Retrasaron el uso de los EPIs con el argumento de que debían reservarlos para el momento duro de la pandemia, cuando en esos momentos ya la teníamos entre nosotros. No realizaron test de detección del virus al personal, ni siquiera a todos los usuarios. Solo la intervención de la UME puso orden en un caos que avanzaba hacia la tragedia.

Han mantenido al personal doblando y realizando turnos extras sin un orden adecuado para dosificar unas fuerzas que no podían durar para siempre, y sin respetar la Ley en materia de jornada laboral. Incluso han llegado a denegar los permisos por cuidado de hijos menores a las madres que no tenían donde dejarlos, refugiándose en el argumento de que debía primar la asistencia en el centro de trabajo.

A pesar de esto, la dirección decide otorgar un plus de responsabilidad únicamente al colectivo de enfermería, por el desempeño de funciones y responsabilidades adicionales, exactamente lo mismo que han realizado todas las categorías del centro, con una dedicación y compromiso admirable. Las propias enfermeras rechazaron dicho plus no considerándolo justo mientras que la dirección anulaba, con 24 h. de antelación, la reunión donde trataría el tema con el Comité de Empresa.

Por todo ello, UGT exige a la dirección que asuma sus responsabilidades y no quiera hacer recaer en las trabajadoras y trabajadores los errores de sus propias negligencias. 

 

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