La Comunidad de Madrid, aunque algunos no lo crean, tiene multitud de municipios que no tienen acceso a los centros de enseñanzas no obligatorias. Estos ciudadanos y ciudadanas, sin medios de transporte suficientes, deben dedicar entre cinco y siete horas diarias (ida y vuelta) a desplazarse a un centro educativo en el que se impartan las enseñanzas que desean cursar. Hablamos de alumnado a partir de 16 años. Es el mundo rural que, en Madrid, también existe.
El abandono del Madrid rural deja sin posibilidades de acceso a la enseñanza a miles de alumnos, cuyas familias tributan igual que las de los municipios más poblados pero tienen menos servicios sociales: ni sanitarios, ni educativos, ni asistenciales.
Por ello, UGT considera que es necesario acercar la educación a los municipios más alejados de la Comunidad y, para ello, parece lógico utilizar los medios que ya existen: los CEPAS (Centros de Educación de Personas Adultas). Estos centros pueden facilitar la enseñanzas de Bachillerato y Formación Profesional al alumnado de los municipios cercanos, facilitando el acceso a los mismos, incorporando las enseñanzas de bachillerato y Formación Profesional en diferentes modalidades: presencial o distancia.
UGT considera que toda la ciudadanía tiene el mismo derecho a la educación, sea cual sea su origen o su municipio. Por ello, considera imprescindible el acceso a la enseñanza de quienes viven en el Madrid rural, que también existe.