La orientación educativa y profesional es un servicio esencial para todos los centros educativos, también para los CEPA. Casi todos estos centros cuentan con un orientador a media jornada que, además de la función orientadora, debe impartir clases y, en los centros comarcales, atender al alumnado de diferentes municipios, a veces hasta 8 y 10 pueblos. Por regla general, significa tener 10 horas lectivas, de las que cuatro se utilizan para dar clase, teniendo en cuenta que los desplazamientos contabilizan como horario lectivo.
Por otra parte, en los últimos años y por diversos motivos, entre ellos las diversas situaciones creadas por la pandemia, ha aumentado el número de alumnos y alumnas con diversas afecciones. Solo hay que ver el aumento de alumnado diagnosticado con TDAH o el de quienes han pedido usar el seguro escolar para ser atendidos por servicios de psicología o psiquiatría.
Hasta el momento, los centros y tutores/as están asumiendo la atención al alumnado con buena voluntad y pocos recursos. Ayudan como pueden pero las características de estas enseñanzas, por ejemplo en la Educación Secundaria a Distancia, es difícil de asumir adecuadamente.
Por todo ello, UGT ha procedido a solicitar a la Consejería la ampliación de orientadores/as, a jornada completa, para los Centros de Educación de Personas Adultas.