Las goteras en la Biblioteca Nacional que provocaron las lluvias la mañana del pasado 16 de octubre, fueron la “gota” que colmó el vaso de la mala gestión que se ha ido realizando por parte de la Administración durante años.

Desde unos presupuestos irrisorios, que no pueden abarcar las necesidades de mantenimiento de la Biblioteca Nacional, pasando por el beneplácito del Ministerio de Cultura que no se interesaba por esta institución más allá de la imagen que la dirección de la BNE y su equipo querían exportar a la sociedad, y llegando a unas direcciones generales que por extraños motivos logran antes una financiación de fondos europeos de millones de euros para construir un nuevo salón de actos, un jardín y una cafetería a pie de calle, que para evitar que lo que está detrás de la fachada no se hunda, el resultado es el anuncio de una dolorosa agonía de esta institución cabecera del patrimonio bibliográfico español.

En estos años desde UGT hemos denunciado la situación en la que se encuentran los depósitos, su vulnerabilidad al agua, la falta de un plan de actuación en caso de emergencias para salvar el patrimonio bibliográfico, la ausencia de difusión de la guía breve para actuaciones en siniestros, pero ha tenido que ser la repercusión en los medios para que la ciudadanía compruebe en qué situación se encuentra la institución garante del patrimonio bibliográfico.

Desde UGT hemos denunciado también la ausencia de personal empleado público que esté a cargo del área de mantenimiento y que se desligue de seguridad, porque no hay mucho personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que sean arquitectos o similares.

Desde el sindicato hemos reclamado hasta la saciedad que la dirección de la BNE integre el teletrabajo como herramienta de gestión y evitar la fuga de talento e información a otras instituciones, incluso del propio Ministerio de Cultura.

Desde UGT no dejamos de reclamar que se tengan unos complementos tanto para el personal laboral como complementos específicos para el personal funcionario de la BNE acordes con el trabajo y la responsabilidad de estar trabajando con los fondos del patrimonio cultural del estado.

Desde UGT denunciamos que si personas como el director Gral. de la biblioteca son capaces de decir que “el agua consolida las fibras” como si periódicamente regásemos los libros, o que la zona afectada son “libros modernos, los de los ochenta del siglo pasado” como si estuviera en una biblioteca de barrio, sin la menor perspectiva de conservación para lectores de años y siglos venideros, algo muy serio está fallando en los responsables del Ministerio de Cultura y exigimos al  Sr. Urtasun que actúe en consecuencia.

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