Esta mañana, el sector de Enseñanza de UGT va a hacer entrega de más de 18.000 firmas recogidas entre todos los colectivos de la comunidad educativa, exigiendo a la Consejería de Educación que todavía está a tiempo de replantear su posicionamiento, dar marcha atrás en sus pretensiones y reducir las ratios, al menos, como estaban el curso que acabamos de terminar.
Si hay algo que se ha demostrado en el curso 2020-2021, es que ha sido un total acierto haber reducido las ratios en las aulas, motivado por la aplicación de las medidas de seguridad ante la pandemia. Porque hay que recordar a la Consejería de Educación que la pandemia aún no ha terminado, no ha desaparecido. A ello se une, que la gran mayoría del alumnado que asiste a los centros educativos tiene una edad inferior a los 12 años, por lo que todavía no va a ser vacunado, por tanto, están expuestos a un mayor riesgo de contagiar y de contagiarse.
La reducción de la ratio que se estableció, gracias a la presión sindical motivada por la convocatoria de una huelga educativa a principios de curso, en la que UGT fue una de las organizaciones convocantes, ha mejorado considerablemente los resultados académicos, el clima de aprendizaje en el aula, el rendimiento, además de que el alumnado ha podido tener una atención más individualizada por parte del profesorado.
Para UGT es esencial esta bajada de ratio, como venimos reivindicando constantemente, siendo una oportunidad única en esa pretensión necesaria de reducción de los recortes educativos que se llevan realizando en esta Comunidad durante los últimos diez años.
Además, esta reducción de la ratio encajaría con uno de los objetivos propuestos en la nueva ley educativa orientada hacia una atención más personalizada que dé respuesta a los diferentes ritmos de aprendizaje del alumnado. También funcionaría contra el abandono y el fracaso escolar, ya que una mayor flexibilidad en el sistema educativo permite poder atender mejor y de forma más individualizada al alumnado y facilita una mejor orientación profesional con una oferta académica más diversificada.
Ahora solo queda la voluntad de la Consejería de Educación y del Gobierno regional, si quiere invertir (que no gastar) en la educación de los madrileños y madrileñas, o no. Porque dinero hay, como hemos visto en derroches innecesarios, con ejemplos como los sobrecostes de la construcción del Hospital Zendal o la creación de una Oficina del Español.
UGT confía en que la Consejería reconsidere su planteamiento y, como ya han anunciado otras CCAA se proceda a la reducción de las ratios, la adecuación de las infraestructuras, el incremento de las plantillas y todos los refuerzos Covid necesarios para abordar un curso que comienza con un elevado índice de incidencia de Covid en la población infantil y juvenil y un incremento importante de la variante delta. De otro modo, UGT no descarta promover movilizaciones reivindicando estos cambios por la mejora de la calidad de la enseñanza madrileña.