Recientemente, la Comunidad de Madrid ha hecho una serie de recomendaciones a los centros educativos para afrontar las previsibles olas de calor que pasan por las que dicta el sentido común: identificar zonas de agua accesibles, reforzar el mantenimiento de los elementos de protección, como persianas, etc. o ventilar los edificios, a otras más peregrinas como identificar espacios aledaños accesibles: bibliotecas, museos (o quizás tanatorios cómo ya tuvo que hacer un IES en 2017), centros comerciales o regar los solados libres de parcela por la noche para rebajar las temperaturas, lo que nos lleva a plantearnos ¿quién se ocuparía de ir al centro por la noche a llevar a cabo esta medida? ¿Los docentes? ¿Los auxiliares de control? Eso sí, sin acometer inversiones de carácter material y sin ealización de obras constructivas, es decir, a coste cero.
UGT Servicios Públicos Madrid quiere recordar que, para reparación y mejora de centros educativos, el Estado iba a proceder a la transferencia de un crédito de 30.287.360 euros, procedente de fondos europeos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, para obras de modernización y accesibilidad, con el objetivo de que la Comunidad de Madrid disponga de una red de infraestructuras moderna, actualizada y homogénea. Presupuesto que puede ser utilizado a fin de mejorar la climatización de los centros y dotarles de las condiciones que hagan posible realizar la función que tienen encomendada.
UGT lleva años reclamando a la Consejería de Educación la climatización de los centros educativos para que, tanto los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza como el alumnado, puedan afrontar las temperaturas extremas y trabajar en condiciones dignas.
La Comunidad de Madrid, como viene haciendo repetidamente, deja a los centros educativos, a sus direcciones y docentes como responsables únicos de gestionar las situaciones que se puedan producir como consecuencia de estas temperaturas extremas, sin asumir la responsabilidad que, como gestores de la educación madrileña, les corresponde. Ello provoca que la labor educativa quede relegada por la de atención asistencial al alumnado, convirtiendo los centros en meros aparcamientos para este y olvidando la función educativa que tienen encomendada. UGT advierte que no podrá llevarse a cabo la misma si tenemos que concentrar a todo el alumnado en las zonas de menos calor de los edificios o modificar la organización de los centros para impartir materias como la educación física que tendrá que realizarse a primeras horas o no realizarse. Por ello, la exigencia de la Consejería de finalizar los amplios currículos madrileños será imposible llevarlo a cabo.